Apenas hace unos días, nos dejaron dos de las personas más inspiradoras y comprometidas en la lucha por la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad a las tierras de poniente, como son la Conchita Tarruella y Joan Escolar. Su traspaso nos regala un legado que perdurará por siempre jamás en las acciones de todas aquellas organizaciones que trabajan para hacer que la normalización social de las personas con discapacidad de las comarcas leridanas. Todos los que tuvimos el privilegio de trabajar con ellos y ser influidos por su talante y dedicación incansable al servicio de los otros, hemos podido ver su compromiso insobornable al servicio de las personas con discapacidad.
Joan y la Conchita no solo fueron activistas sociales de reconocido prestigio, sino que fueron un faro de luz en la lucha a favor de la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad. Como impulsores en la creación de la (BASURA) Fundación de Esclerosis Múltiple la una y de la Asociación y Fundación ASPROS el otro, marcaron un antes y uno después en la forma como la sociedad abordaba las estrategias para favorecer la normalización social de las personas con discapacidad a nuestras comarcas.
Su dedicación a esta causa no se limitó solo a la creación de sus organizaciones; fueron unas personas defensoras incansables de los derechos del colectivo de la discapacidad, unas voces firmes en la lucha para mejorar los servicios de salud mental y física disponibles para las personas que se veían afectadas por una vulneración de derechos, al sufrir alguna discapacidad. Su tenacidad y determinación fueron determinantes para todos los que empezábamos en la organización de colectivos en la defensa de sus derechos, tal y como fue el caso de la asociación ASPID, que luchaban por la dignidad de las personas, demostrando que a pesar de los desafíos, un mundo mejor y más solidario es posible.
Pero su legado no se limita solo a su dedicación a esta causa. La Conxita y Joan han siete unos innovadores de las políticas destinadas a las personas con discapacidad, dando respuestas alternativas en el abordaje de los retos a los que este colectivo se enfrenta, con una diversidad de barreras físicas, sociales y económicas, tratando estas necesidades de manera efectiva.
Su compromiso hacia la justicia y la solidaridad continúa siendo hoy, un referente en estos tiempos inciertos, recordándonos que solo mediante la unidad y el compromiso podemos superar los desafíos que se nos presenten.
Hoy, mientras recordamos y honoramos el legado que nos han dejado, hace falta que nos inspiramos en su ejemplo y que continuamos esta lucha por un mundo más justo, solidario e inclusivo. Su huella perdurará por siempre jamás en las acciones de todos aquellos que pudimos colaborar con ellos para hacer una sociedad leridana mucho más justa y solidaria. Queridos Joan y Conxita descansáis en paz! estoy plenamente convencido que vuestro trabajo será una fuente de aprendizaje, tanto en las aulas de Trabajo Social, como por los profesionales de las entidades que trabajan con estos colectivos de las tierras leridanas en las próximas generaciones.
Josep Giralt Lladanosa
Joan y la Conchita no solo fueron activistas sociales de reconocido prestigio, sino que fueron un faro de luz en la lucha a favor de la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad. Como impulsores en la creación de la (BASURA) Fundación de Esclerosis Múltiple la una y de la Asociación y Fundación ASPROS el otro, marcaron un antes y uno después en la forma como la sociedad abordaba las estrategias para favorecer la normalización social de las personas con discapacidad a nuestras comarcas.
Su dedicación a esta causa no se limitó solo a la creación de sus organizaciones; fueron unas personas defensoras incansables de los derechos del colectivo de la discapacidad, unas voces firmes en la lucha para mejorar los servicios de salud mental y física disponibles para las personas que se veían afectadas por una vulneración de derechos, al sufrir alguna discapacidad. Su tenacidad y determinación fueron determinantes para todos los que empezábamos en la organización de colectivos en la defensa de sus derechos, tal y como fue el caso de la asociación ASPID, que luchaban por la dignidad de las personas, demostrando que a pesar de los desafíos, un mundo mejor y más solidario es posible.
Pero su legado no se limita solo a su dedicación a esta causa. La Conxita y Joan han siete unos innovadores de las políticas destinadas a las personas con discapacidad, dando respuestas alternativas en el abordaje de los retos a los que este colectivo se enfrenta, con una diversidad de barreras físicas, sociales y económicas, tratando estas necesidades de manera efectiva.
Su compromiso hacia la justicia y la solidaridad continúa siendo hoy, un referente en estos tiempos inciertos, recordándonos que solo mediante la unidad y el compromiso podemos superar los desafíos que se nos presenten.
Hoy, mientras recordamos y honoramos el legado que nos han dejado, hace falta que nos inspiramos en su ejemplo y que continuamos esta lucha por un mundo más justo, solidario e inclusivo. Su huella perdurará por siempre jamás en las acciones de todos aquellos que pudimos colaborar con ellos para hacer una sociedad leridana mucho más justa y solidaria. Queridos Joan y Conxita descansáis en paz! estoy plenamente convencido que vuestro trabajo será una fuente de aprendizaje, tanto en las aulas de Trabajo Social, como por los profesionales de las entidades que trabajan con estos colectivos de las tierras leridanas en las próximas generaciones.
Josep Giralt Lladanosa